La abstención de los espectadores
Tuve la oportunidad de estrechar mi amistad con Federico Mayor Zaragoza en 2001, cuando la Universidad de Granada reconoció con el título de Doctor Honoris Causa al profesor de farmacia que había sido su rector entre 1968 y 1972. Pude reconocer yo la honestidad con la que su alta e histórica personalidad, después de haber sido Ministro de Educación y Ciencia y Director General de la UNESCO, se había comprometido con las políticas que defendían los derechos humanos y los caminos nacionales e internacionales de la paz en el mundo. Alzaba su voz, además de con su militancia, con sus libros de poesía. He recordado muchas veces…
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