La playa

Las hermosas propagandas turísticas que hablan de la arena fina, la toalla y las horas de sol pueden ser consideradas por algunos veraneantes masculinos como una variedad de la literatura de terror. Muchas de mis compañías veraniegas son difíciles de ver entre bañistas. Dicen que prefieren quedarse en casa con un buen libro, pero no es por amor a la lectura, sino por miedo a la playa. El poeta Felipe Benítez Reyes nació en Rota. Es la causa principal de que muchos de sus devotos hayamos atracado en este puerto. Ha escrito páginas inolvidables sobre la niebla de los barcos y las dunas del paraíso. Pero sólo los viejos del lugar pueden atestiguar que una vez, de niño, se puso un bañador y bajó a la playa.

Seguir leyendo en Publico.es – 07 agosto 2010

1 Comments

  1. bohemia el 13 agosto 2010 a las 18:04

    Vivo en el Puerto de Santa María y llevo la cultura del mar en mis venas. Aunque no soy muy playera, sólo con saber que el mar está cerca a mi me vale, saber que si me apetece puedo darme un paseito o asomarme a respirarlo, y que lo voy a encontrar ahí, como siempre. Para mí es como tener una ventanita abierta por la que puedo airearme y desconectar. Y aunque, como repito, no soy muy playera, este año tenía ganas de playa, el cuerpo me reclamaba baños de sol y mar…y por cumplir con esa necesidad, ayer tuve el gusto de verle a usted pasear con Almudena y unos amigos por la playa de Rota. De pura admiración y sorpresa quizás fuí un poco descarada al mirarlos, pues ustedes también me miraron. Se me quedó una sonrisa de tonta colgada en los labios, una sensación tan extraña como bonita, le hablé a mi pareja de ustedes, de sus maravillosas poesías y de las estupendas novelas de su mujer, de lo mucho que me gusta «Los aires dificiles» y de como mi tía participó de extra en la versión cinematográfica…¿Quienes son? preguntó con curiosidad… Aquellos que caminan por allí, la señora del bikini malva y el señor de las bermudas claras, ¿lo ves? justo aquella pareja que lleva un montón de musas revoloteando alrededor…

    Un abrazo