El agua, la guerra, el mundo
– Qué barbaridad, las noticias de la tele son tremendas. Cómo está el mundo…
– Sí, lo del agua es tremendo.
Elisa se queda desconcertada. Se había ido a la cocina a hacer los deberes. No he tenido fuerzas para discutir un día más con ella sobre sus técnicas de estudio. No comprendo cómo puede hacer los deberes mientras habla con los amigos por el móvil, oye música con el portátil y sigue las noticias de los informativos por televisión. La concentración en una tarea, el amor artesano al oficio, parece cosa del pasado.
Seguir leyendo en Canal Sur Web – 22 marzo 2011
La verdad que apenas leí el título del artículo, en ese afán de percibir el tipo de razonamiento que refleja el texto, me deje llevar hacia un razonamiento inductivo por analogía, pero que ineludiblemente me resultaba interesante de explorar… Sin duda, al terminar de leerlo me encontré con algo común en éstos tiempos, un argumento con premisas sólidas e irrefutables para unos pocos que se atreven a revelarse y con un aire de silogismo para la gran masa o el discurso de un líder mundial.
Sin embargo, queda claro a mi parecer que la aprehensión y el raciocinio en el argumento están claramente expresados de manera muy didáctica y fluida, sobretodo en la entrega de la tesis de carácter reflexiva y desafiante, ya que hoy por hoy, no cualquiera se levantará con un estandarte a indicar explosivamente la «oferta de la fragmentación de los problemas» que han creado nuestros grandes lideres y que nos tienen insertos en un mundo convulsionado, consumista, poco reflexivo, con una empatía y moral están en vías de extinción. Es tanta la confusión existencia del ser humano actual, que con toda su tecnología y sapiencia actúa como cavernícola en la priorización de solucionar los verdaderos problemas. He de esperar que ocurra un milagro y unamos fuerzas por no exterminar lo poco que nos queda…